El miedo (I)
En el curso preparatorio para trabajar en la Administración
Pública, que realicé inmediatamente después de haber sacado las oposiciones, un
profesor nos advirtió: “Recordad que siempre estaréis en libertad provisional”.
Éramos muy
jóvenes y muy inexpertos y aquella exhortación a la prudencia, que sonó en
nuestras mentes como la más temible de las premoniciones, agarrotó a muchos.
Fue un error
de quien nos enseñaba.
Nadie debe trabajar
con miedo, y mucho menos cuando tiene una responsabilidad, como nadie puede
jugar con miedo a fallar o puede vivir con miedo a la muerte.