La soledad

               El que informa no debe pensar en el político o en el jefe ni tener más compañía que la suya.

                Si el que decide está a solas con su decisión y debe hacerse responsable de ella, el que informa debe estar a solas con su informe y hacerse responsable de él.


                Es preferible que el espejo no devuelva imagen alguna, como en aquel poema de Borges sobre su soledad de ciego, a que devuelva una imagen que no quisiéramos reconocer como propia.

Entradas populares de este blog

La mejor formación

El miedo (I)

El miedo (III): la hiperjuridicidad