El perfeccionismo
El perfeccionismo es el peor enemigo interno
para la felicidad, pues ni siquiera cuando estamos bien nos hallamos contentos.
Lo es para cualquier tipo de trabajo y lo es, especialmente, para la gestión
administrativa, en la que debe premiar la eficiencia sobre la excelencia.
Para la eficiencia, la primera idea es
abandonar el extremoso afán por la perfección. Ya lo decía Voltaire: “Lo mejor es
enemigo de lo bueno”.
Dicho de otra forma, dado que no es
posible hacerlo todo del 10, lo suyo es hacerlo todo del 9. Y si no, del 8. Y
si no, del 7. Y así sucesivamente. Hacer mucho bien y poco mal es siempre más
recomendable que hacer poco perfecto y mucho mal o no hacerlo.